La trilogía más delirante de la literatura española, protagonizada por el polémico y criticado Ramiro Lapiedra, comienza con el libro El Arte de la Autodestrucción, seguido de Epifanía. Un rodaje porno y concluye con Amor, Alcohol y Coca. Una trilogía donde el mismísimo Diablo al lado de Ramiro Lapiedra, es un simple aficionado...
El Arte de la Autodestrucción una recopilación de pequeños relatos
autobiográficos de Ramiro Lapiedra.
En esta obra escrita de textos autobiográficos Ramiro habla de la noche, el alcohol, las drogas, el sexo compulsivo, el cine y sus líos de faldas con hermosas mujeres...
El autor retrata un mundo sórdido y obsceno sin concesiones de ningún tipo y mantiene la más absoluta sinceridad a la hora de hablar de su propia vida como ya hizo en sus dos novelas anteriores.
Si te atreves a asomarte al delirante universo de Ramiro Lapiedra, podrás amarlo u odiarlo, pero seguro que no te dejará indiferente.
"... joya cinematográfica...delicia surrealista (se refiere a La Orina y el Relámpago film experimental con sexo explícito de Ramiro Lapiedra)
EL PAÍS. "Pura filosofía...algunas de sus imágenes nos recuerdan al Kubrick de 2001, UNA ODISEA DEL ESPACIO" (refiriéndose al cine de Ramiro Lapiedra).
Epifanía. Un rodaje porno es un relato autobiográfico en el que un director de Cine X, en la cumbre de su carrera, adicto al sexo, al alcohol y a las drogas, pretende crear la mejor película porno de todos los tiempos, basándose en relatos de La Biblia. La industria del cine para adultos, los férreos códigos de este género, los productores y los propios actores, se lo pondrán todo muy difícil. Esa imposibilidad de expresarse le hundirá todavía más, si cabe, en los abismos de la autodestrucción… pero ¿podrá el verdadero amor redimirlo? El autor realiza en este libro un ejercicio descarnado de introspección, dirigido sin piedad contra su propia imagen y de una dureza tal, que muy pocos escritores se hubieran atrevido a llevarlo a cabo.
Así mismo, pone en jaque a la millonaria y poderosa industria del porno y a sus “vacas sagradas”, al criticar despiadadamente todo lo que rodea este negocio, con nombres y apellidos.
"NECESITO DECIRLE QUE LA AMO. me arrodillo y esnifo otra raya. No soy un drogadicto. SOY UN COBARDE. Salgo al ruedo. El toro es La Belleza. En esta corrida también hay sangre. Peligro. También lo arriesgo todo como un matador bajo el sol abrasador en la arena ardiente de la plaza. Él y yo, ambos... NOS JUGAMOS LA VIDA."
En AMOR, ALCOHOL Y COCA. La segunda novela de Ramiro Lapiedra, éste continúa su andadura autobiográfica retratando otra etapa de su ajetreada vida, igual de delirante y enloquecida, o incluso más que la de su anterior novela (Epifanía. Un rodaje porno).
Esta vez sus aventuras y desventuras se sitúan en Barcelona, donde arruinado, convive con transexuales, prostitutas, delincuentes y todo tipo de personajes de la fauna del Raval (Barrio Chino de Barcelona).
Acogido de casa en casa y sin un duro, Ramiro sigue obsesionado con el Cine, la Belleza y con llegar a crear la obra de Arte Total, mientras continúa inmerso en una espiral autodestructiva de drogas, alcohol y sexo compulsivo.
Si su primera novela suscitó una gran polémica mediática, la brutal sinceridad de esta no dejará a nadie indiferente.
"Tengo ganas de llorar, de cantar, de gritar, de bailar como un poseso, de decirles a todos ahí fuera que los quiero con locura, de follar, o mejor, de hacer el amor dulcemente a todas las fulanas del planeta susurrándoles bonitas palabras de compromiso al oído. Tengo ganas de danzar junto a Rimbaud. "¡¡¡¡Danza, danza, danza, danza, tambores, danza, danza, danza, danza!!!!". Cuando salgo tropiezo con un actor porno checo y nos enzarzamos en una violenta discusión. Me voy de Bagdad cabreado con todos. -¡¡Aquí nadie ha leído a Rimbaud!! - Les increpo. - Ni falta que nos hace... Escucho mientras me alejo de allí tambaleándome."
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