RAMIRO LAPIEDRA VISTO POR JOAQUÍN ALDEGUER
“Esta tendencia a rebasar la realidad puede encaminarse según varias direcciones, hacia lo santo o hacia lo malo, debiendo advertirse de todos modos que lo malo mismo se convierte con frecuencia en algo sagrado.”
Rüdiger Safranski (El Mal o el Drama de la Libertad).
Ramiro Lapiedra publicó hace unos meses su último libro, Amor, Alcohol y Coca. Se trata de un pasaje autobiográfico. Ramiro, que acaba de dejarse todo su dinero en dirigir y producir La Orina y el Relámpago, deambula arruinado por las calles de Barcelona. Constantemente borracho, drogado, alternando con la peor calaña de la ciudad, se enamora entonces de una prostituta de diecinueve años, comenzando una historia de amor auto-destructivo y obsesivo, a la vez que continúa su quimera por lograr la obra de arte total.Encumbrado en numerosas ocasiones por literatos y críticos de cine, comparada su obra audiovisual con Kubrick; pero también exiliado a los infiernos una y otra vez por ningún otro que él mismo.
Hablamos con Ramiro, que nos da algunas claves sobre su libro, las mujeres de su vida, el arte y su propio personaje.
¿Por qué escribes este libro?
Es el mismo mecanismo que al vomitar, mear, cagar o eyacular. Para bien o para mal, es algo que debe salir fuera de ti. Si hubiera mantenido dentro lo que quería expresar…hubiera explotado.
En el libro te desnudas completamente. Le cuentas al mundo que eres un adicto al sexo, que te emborrachas hasta llegar a cagarte encima, que lloras por amor, que manipulas y engañas, que eres consciente de tu autodestrucción, como un loco tremendamente lúcido. Parece que, a través de un testimonio público, de exorcizar tus demonios frente a éste, quedando desnudo e indefenso ante él, buscaras redención, para que un jurado popular invisible expíe tu conciencia, ¿es así o se trata de puro exhibicionismo?
Tienes mucha razón en eso de la redención. Busco el perdón de Dios por todas mis locuras y mis debilidades. Como el personaje del Teniente corrupto de Ferrara…yo SOY CONSCIENTE de que hago mal…PERO SOY DÉBIL…SOY TAN DÉBIL. Eso me encierra en un círculo vicioso del que no puedo salir, quiero que alguien me salve de mí mismo.
Enfant terrible con pinta de chulo de discoteca, una especie de Rimbaud con cuerpo de Adonis de gimnasio, ¿cómo se concilian estos mundos? ¿Quién coño eres, Ramiro?
Mucho tiempo sufrí diversos Quijotismos. Justificaba mis terroríficas borracheras porque quería ser Bukowski. Luego quise competir en valetudo pensando que podría llegar a ser como alguno de esos fighters que veía en internet. Poco a poco me he dado cuenta que no soy ni lo uno ni lo otro. Beber me sienta mal y escribo mejor sereno. Y estoy viejo para ser luchador o boxeador profesional. Debo aprender a ser yo mismo: Ramiro Lapiedra. Un ex portero de discos y puticlubs que escribe y dirige cine. Eso es todo.
Llama la atención tu prosa directa y brutal, inevitablemente me recuerda a Bukowski. Alusiones a Baudelaire, Poe…¿cuáles son tus influencias a la hora de escribir? ¿Te consideras un poeta maldito del s XXI?
Soy un lector compulsivo. Tengo muchas influencias a la hora de escribir aunque no dejo de descubrir nuevos autores o nuevas obras que me fascinan (acabo de terminar La Montaña Mágica de Thomas Mann, que no tiene nada que ver con Bukowski ni Baudelaire… y me ha maravillado). Está claro que los autores que me impulsaron a pensar “¿Por qué no escribo sobre mi propia vida?” han sido Bukowski y Henry Miller. También Fante o Hamsun. LeyendoHambre sentía escalofríos ante tan magna obra maestra de la lengua escrita. Y Knut Hamsun, que siempre fue muy inseguro sobre lo que escribía, tú fíjate.
Vamos a repasar tu primer libro, Epifanía de un Rodaje Porno. Montaste una buena en el mundo del idem. Refrescamos un poco la memoria, ¿qué tratas en él?
Mi primera novela creó un enorme revuelo mediático (fui dos veces a la Noria a un debate sobre la novela que se repitió por el éxito, DEC, Sálvame, Espejo Público, radios, etc..) y a la vez creó un grandísimo rechazo en todo el sector porno de España. ¿Por qué? Pues porque decían que mi libro dejaba por los suelos a la industria del cine para adultos mezclándola con temas como la cocaína, el alcohol, las orgías, la locura y la prostitución. Sin embargo, la mayoría de los que me criticaron (llegó a haber una manifestación de la gente del porno por las calles de Barcelona, parece surrealista pero es real) no había leído ni siquiera la novela. Yo, como dije en su momento, repito que EPIFANÍA trataba de MI experiencia en el porno y de un rodaje (el de mi última película) que fue una verdadera locura. No hablaba de los demás, sólo de mí. Además, más que de porno trataba de la búsqueda de la redención a través del amor absoluto y verdadero. La gente debería leer antes de abrir la boca.
¿Por qué muerdes la mano que te dio de comer?
Ninguna mano me dio de comer. Decidí rodar porno y lo hice. Acabé ganando todos los premios y revolucionando el género, rodando entre otras la que se considera la mejor peli con sexo explícito de todos los tiempos “La Orina y el Relámpago” (no lo digo yo sino gente como Román Gubern o Agustí Villaronga). Mi primera novela trataba de mi último rodaje que se convirtió en un verdadero descenso a los abismos. Si les jodió a los del mundillo porno, que se jodan.
Inevitable preguntarte por tu ex, María Lapiedra. Creo es un personaje fascinante, ¿hace un papel o es así en realidad?
María es un complejo personaje difícil de describir.
Las mujeres suelen ser divididas en dos arquetipos, por un lado el de puta/pecadora (María Magdalena) y, por otro, el de santa/ virgen (la Virgen María). ¿Qué arquetipo de mujer te atrae más? O, ¿albergamos las mujeres los dos arquetipos al mismo tiempo?
Mi obsesión es encontrar santas y convertirlas en auténticas zorras. Si no le llamo puta a una chica mientras follamos, desempalmo.
Otro tema recurrente para ti es la “mujer-mantis religiosa”, aquélla que devora a su presa después de copular. ¿Qué quieres decir con esto?
El verdadero amor te destruye. Si una mujer te cuida y te da cariño y seguridad jamás será un verdadero amor- pasión. Quiero que la mujer a la que amo me destruya y me haga daño. Quiero que me deje marcas en la piel y en el corazón. Quiero llorar y temblar por ella. Quiero celarla y que me cele. Una vez una de mis novias trabajaba de gogo en cierta disco en cierta ciudad. Una noche yo me quedé en casa pero temblaba y tenía como fiebre de celos, imaginaba cosas, que se estaba tirando a otros, que estaba haciendo todo tipo de cosas…rollo loco total…acabé yendo allí a liarla con los porteros con mi bate de beisbol. Fue un drama pero al menos lo recuerdo como algo bonito por amor.
Uno de los pasajes de tu libro que más llama la atención es aquél en el que vas a rezar y a llorar a aquella iglesia, la iglesia favorita de tu novia, para rogarle a Dios que vuelva contigo. Ramiro Lapiedra llorando en una Iglesia, rebajándose ante Dios, parece increíble, sin embargo, la imaginería religiosa aparece obsesivamente en toda tu obra? ¿Se trata de pura estética o hay algo más detrás? ¿Otra vez la anhelada redención del gran pecador?
Una de las partes de mi novela que más me comentan por mail los lectores, es precisamente ésa, la de mi llanto en la iglesia arrodillado frente a la imagen de Jesús.
La imaginería crsitiana me obsesiona. Adoro visitar iglesias y catedrales, pero soy ateo. La religión tiene un contenido parecido a la filosofía como bien dice Hegel. En ambas, el hombre intenta llegar al límite del saber humano, al misterio. No obstante, la filosofía es conceptual y la religión es ritual, es decir, se expresa a través de lo sensible. Sus expresiones son las catedrales, los templos, las figuras de Cristo en la cruz. Todo eso me parece alucinante. Entrar en una catedral y sentir el aire fresco de la piedra sagrada en mi piel me produce un efecto muy poderoso, sinceramente. Si además me acerco sigiloso y rodeado de viejas devotas a los pies sangrantes de Cristo y elevo mi mirada para encontrarme con la ese mártir de la raza humana… entonces el efecto es demoledor.
“Puesto de rodillas oraba: Padre aparta de mí este cáliz pero no se haga mi voluntad, sino la tuya…Y sumido en agonía, su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en la tierra” . Pocas frases puede haber más bellas desde el punto de vista literario y poético y desde el punto de vista que sea, que éstas de Jesús en el Monte de los Olivos de los evangelios…o su grito desesperado de “Padre, Padre ¿por qué me has abandonado?” Creo qua Biblia es el libro obligatorio para cualquiera que quiera ser escritor.
La imaginería crsitiana me obsesiona. Adoro visitar iglesias y catedrales, pero soy ateo. La religión tiene un contenido parecido a la filosofía como bien dice Hegel. En ambas, el hombre intenta llegar al límite del saber humano, al misterio. No obstante, la filosofía es conceptual y la religión es ritual, es decir, se expresa a través de lo sensible. Sus expresiones son las catedrales, los templos, las figuras de Cristo en la cruz. Todo eso me parece alucinante. Entrar en una catedral y sentir el aire fresco de la piedra sagrada en mi piel me produce un efecto muy poderoso, sinceramente. Si además me acerco sigiloso y rodeado de viejas devotas a los pies sangrantes de Cristo y elevo mi mirada para encontrarme con la ese mártir de la raza humana… entonces el efecto es demoledor.
“Puesto de rodillas oraba: Padre aparta de mí este cáliz pero no se haga mi voluntad, sino la tuya…Y sumido en agonía, su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en la tierra” . Pocas frases puede haber más bellas desde el punto de vista literario y poético y desde el punto de vista que sea, que éstas de Jesús en el Monte de los Olivos de los evangelios…o su grito desesperado de “Padre, Padre ¿por qué me has abandonado?” Creo qua Biblia es el libro obligatorio para cualquiera que quiera ser escritor.
Mencionabas antes tu película La Orina y el Relámpago, considerada una joya surrealista e hiperrealista, ha sido encumbrada y comparada con Buñuel por el escritor e historiador catalán Román Gubern y comparada con Kubrick por Agustí Villaronga. Háblanos un poco más de ella.
La grabamos sin un duro. No como se dice por decir, sino realmente sin un duro. Es la historia de dos putas lesbianas bulímicas y adictas a la coca que viven en una Barcelona de cuento de terror gótico, lleno de enanos, yonkis, putas etc … Rodamos cámara en mano estilo cinema verité, pero mezclando a la vez planos y ángulos de cámara muy, muy rebuscados o casi imposibles en determinados momentos. Creo que esta mezcla tan rara es la clave de su éxito, aparte de unas excelentes interpretaciones de Celia Blanco y Ángela Peña. Para Gubern, por ejemplo, la mamada de Ángela era la mejor escena con sexo explícito de la historia del cine.
Tu admirado Rimbaud se obsesionó buscando un nuevo y visionario lenguaje poético, una alquimia del verbo total, parece que tú también buscas un nuevo lenguaje audiovisual, un lenguaje total, también alquímico….
Yo creo que inventar un nuevo lenguaje audiovisual o cualquier cosa nueva en el cine no es tan raro porque se trata de un arte joven. A lo mejor no un nuevo lenguaje, que suena demasiado pedante, pero sí al menos experimentar con la imagen, el sonido, la luz, el color….no sé…por eso me ha desesperado tanto el mundillo de los cortometrajes y de las escuelas de cine. Incluso de muchos cineastas profesionales, ya que me daba cuenta de que a ellos lo que les molaba era jugar a hacer cine… o sea, todo el rollo del rodaje, las jerarquías, el compañerismo, las tonterías y las gilipolleces. A mí todo eso me la pela, es más, me aburre “el mundo del cine”. Simplemente sueño con la obra en sí misma, la obra como camino y como fin. Si pudiera crearla como la pienso en mi cabeza, mandaría a la mierda lo que más les gusta a otros directores, que es el jueguecito del rodaje y sus pequeños chistes privados para esa “pequeña familia”. Terrible. Por mí se pueden ir a la mierda.
¿Cuál es tu concepto de tabú?
El tema del tabú siempre me ha fascinado. Leí “Tótem y Tabú” de Freud a la vez que leía “El Erotismo” de Bataille, y fueron dos libros que me apasionaron y que, al leerlos a la vez, creo que me impactaron todavía más. Fue una época muy loca de mi vida en la que yo curraba en la puerta de un puticlub de la vega baja y me pasaba horas y horas leyendo por las tarde en las que no venía nadie y el tedio se apoderaba de todos allí. Las putas y los demás porteros me consideraban una especie de loco o profesor chiflado (de esa época trata mi tercera novela, en proceso de escritura). Para mí está claro que sin tabúes que poder romper, es decir, sin TRANSGRESIÓN no puede darse el verdadero EROTISMO. Sólo puede haber SEXUALIDAD, sin más. Pero nunca erotismo.
¿No es paradójico que un ex director de porno me hable de erotismo frente a “sexualidad sin más”? Creía que en el porno el erotismo no era importante.
Para mí sí lo era. De hecho, éste fue uno de los principales problemas que me encontré y que se ha acentuado muchísimo en el porno que se hace actualmente por internet. Yo pretendía crear erotismo, con sexo explícito sí, pero erotismo. Inventaba guiones con incestos, diferencias de edades, estupro etc…Es decir, situaciones que iban más allá del sexo animal y mecánico y ponía en juego otro tipo de resortes que tiene que ver con lo PROHIBIDO. Por ejemplo tenía un guión que jamás se me permitió rodar sobre incesto…Pero no este incesto cutre de película de serie z porno italiana, no. Era la historia de dos hermanas que se amaban. Pero se amaban de verdad. Y follaban, claro. Sin embargo, las presiones sociales les obligaban a tener sus novios para ocultar su amor y se daban muchas situaciones de morbo justamente porque la base de la historia era un terrible tabú (que lo sigue siendo totalmente en nuestros días) como es el incesto.
Ahora que nombras a Bataille, sé que es uno de tus favoritos y una de tus mayores influencias, aparte de las que nombraste antes…
Hay algunas ideas de Bataille que marcan absolutamente mi cine y mis novelas. Una es la de “mancillar la belleza”. Es decir, cuanto más bella y más pura es una mujer, más fuerte y transgresor es acceder a sus zonas prohibidas: su coño, sobre todo, que Bataille llama las cloacas. Una puta fea de la calle se ofrece sin más…no existe ninguna transgresión si le bajamos las bragas y aparece su chocho… está claro. Sin embrago si consigues arrancar las braguitas de esa chica preciosa y virgen y queda su palpitante herida rosada y abierta ante tu mirada exhausta… ahí, AHÍ SE DA UN ACTO PURAMENTE ERÓTICO. Lo otro es sexo mecánico. Ir a la disco y ligar con una tía fácil y metérsela en tu casa medio borracho es algo que realmente ha dejado de interesarme. Es mecánico. Como dijo Foucault “la sexualidad es bastante monótona”. Sin embargo lo que yo considero verdadero erotismo no tiene límites, es algo muy cercano a la idea de éxtasis y muerte, algo casi sagrado para mí. El sentido de mi vida.
¿Y tu concepto de moral?
En el tema de la moral siempre he tenido muchas dudas y dilemas, no ya en el ámbito intelectual sino en el práctico y de la vida de cada día. Me refiero a que cuando leí a Nietzsche con su famosa transmutación de los valores y su ataque furibundo al concepto cristiano del bien, está claro que flipé y me planteé muchas cosas, pero cosas más intelectuales que no afectaron en nada a mi vida práctica. Mi verdarero problema es mucho más cotidiano, se trata de la dicotomía que ha existido siempre entre la absoluta admiración que yo sentía (y siento) por mi padre y mi irremediable atracción por todo el lado oscuro de la vida. Esto se convierte en un motivo de constante lucha interior porque mi padre era el prototipo de persona buena. Realmente buena. Totalmente buena. Contrario por completo a la violencia, a los matones, a la mafia etc… Por otro lado estaba mi mundo de amigotes y vida nocturna donde si no eras el más violento o el más malo… lo tenías muy difícil. Y no sólo por mi curro como seguridad sino porque me fascinaban películas como El Padrino o Uno de los Nuestros y toda esa mitificación del Mal. Realmente ese dilema interno sigue muy vivo dentro de mí y conforma lo que es mi personalidad esquizofrénica.
Me dices que sin erotismo tu vida no tendría sentido y que te fascina y atrae el tema de mal. Preguntarte si hay maldad dentro del erotismo sería casi una pregunta retórica, ¿no?
Sin mal NO puede haber erotismo, ¡sin conciencia de que hacemos el mal no puede haber erotismo! Es un concepto muy complejo que entra dentro de la fascinación de Georges Bataille por el concepto de lo malvado, por ejemplo en su obra maestra, Historia del Ojo, donde Simone, la protagonista, es uno de los más obscuros, malvados y poderosos objeto erótico de deseo que ha dado la literatura. Desde luego este concepto ha influido mucho en mi manera de ver el arte y el erotismo.
¿Crees que eres suficientemente reconocido o que te pasará como a la mayoría de los grandes, que fueron reconocidos póstumamente?
No me interesa tanto que se me reconozca. Disfruto simplemente creando una obra audiovisual o escribiendo una novela. Cuando se te reconoce demasiado, algo huele mal. El otro día vi una peli de cárceles española que todo el mundo ponía por las nubes… súper obra maestra… Dios, ¡era pura basura!. Qué horror…
¿En qué andas metido ahora? ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Estoy con mi tercera novela y con otra peli.
¿Cuál será el legado de Ramiro Lapiedra para el mundo?
Mis películas, mis novelas… y una hijita que me gustaría tener… ¡una princesita que será la mejor escritora del planeta porque le leeré los diálogos de Platón en vez de cuentos por las noches!
***
Ramiro flirtea descaradamente conmigo durante toda la entrevista. Su tremendo descaro me desconcierta, causando en mí un efecto extraño, no sé decir si bueno o malo. Cuando nos estamos despidiendo, me acaricia la cara y me dice mirándome fijamente a los ojos: “Eres tan pálida, te quiero follar”.
Quiero aparentar indiferencia, así que me limito a sonreír torpemente. Me alejo y no me doy la vuelta cuando le oigo decir: “Adiós, zorra leída”.
Fuente; lapazmundial.com
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