En Amor, alcohol y coca, la segunda novela de Ramiro Lapiedra, éste continúa su andadura autobiográfica retratando otra etapa de su ajetreada vida, igual de delirante y enloquecida, o incluso más que la de su anterior novela (Epifanía. Un rodaje porno).
Esta vez sus aventuras y desventuras se sitúan en Barcelona, donde arruinado, convive con transexuales, prostitutas, delincuentes y todo tipo de personajes de la fauna del Raval (Barrio Chino de Barcelona).
Acogido de casa en casa y sin un duro, Ramiro sigue obsesionado con el Cine, la Belleza y con llegar a crear la obra de Arte Total, mientras continúa inmerso en una espiral autodestructiva de drogas, alcohol y sexo compulsivo.
Si su primera novela suscitó una gran polémica mediática, la brutal sinceridad de esta no dejará a nadie indiferente.
Sobre la novela:
Amor, alcohol y coca es la tercera novela de la trilogía de Ramiro Lapieda, donde ha tocado fondo y mal vive como puede en la ciudad de Barcelona aprovechándose de todas las personas que se encuentran a su al rededor y viviendo de las rentas de sus famoso apellido y su paso por el cine porno. En esta novela Ramiro Lapiedra intenta sin éxito desconectar de una vida que ha puesto la directa hacia el abismo donde no se ve el fondo. El amor de una adolescente prostituta es la última tabla de salvación del ex director porno para mantener lo poco que le queda de cordura.
Vídeo Trailer del libro:
Leer las primeras páginas de Amor, Alcohol y Coca aquí
¿Que dicen los lectores de Amor, acohol y coca?
"'Amor, alcohol y coca' es un trallazo directo, el relato autobiográfico del descenso a los infiernos de Ramiro, en su última etapa en Barcelona. Duro, brutal y descarnado, como lo era su primera obra 'Epifanía' pero a la vez, mucho más tierno. El libro se devora en cuestión de minutos... Es potente al igual que otras historias similares que han pasado recientemente por mis manos, como 'Como una moto' de Bob Woodward, que relata la 'galopante vida' de John Belushi o 'Confesiones de un gangster de Barcelona', de Lluc Figueras, donde se retratan los años salvajes de ese atracador apodado 'el Oso', pero el libro de Ramiro consigue que te identifiques con él. Cada 'raya', 'borrachera' o 'polvo' lo sientes como si fuera en propia carne. A veces odias a ese personaje canalla, en caída libre, pero a la vez lo comprendes y sientes compasión con él. En el fondo destila ternura. Prueba de ello es que cuando terminé de leerlo, no sentí deseos de beber, drogarme o salir a la calle a vivir la noche... Simplemente, me levanté de la cama y acudí al dormitorio de l'hereu para besarle en la frente y desearle, al igual que a todos vosotros.... Felices sueños!"
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